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Inside Berlín

Decálogo de Cine para Berlín: diez películas rodadas en Berlín que son historia del cine

Ahora que aún tenemos fresquita la Berlinale, queremos aprovechar este post para presentaros el decálogo de cine para Berlín.

Hemos elegido de entrada las diez películas que creemos que mejor han acuñado una imagen de la ciudad casi imborrable para el imaginario occidental. Además, entre las diez seleccionadas podemos contar la historia de la ciudad desde la sociedad surgida tras la Revolución Industrial hasta la Reunificación Alemana.

Si queréis el plan perfecto para los días de lluvia que la primavera nos va a traer, aquí tenéis la lista definitiva para disfrutar de Berlín en la pantalla:

Metrópolis (Metropolis, Fritz Lang, 1927)

Considerada una obra maestra y un clásico del cine alemán, Metrópolis resultó una película profética y adelantada a su tiempo en el planteamiento de una sociedad profundamente jerarquizada. Combinando una historia de amor, con conflicto de clases y ciencia-ficción, las tres horas de película muda resultaron un fracaso en la taquilla, que no supo entender la modernidad del lenguaje que traía la obra de Lang y la capacidad visionaria de su historia.

A pesar de no tratarse directamente de Berlín, la ciudad representada es en cualquier caso moderna y mecanizada, una gran metrópoli resultante de la Revolución Industrial. Por razones comerciales en muchos casos, la película sufrió numerosas alteraciones en su montaje a lo largo del siglo XX. Fue tras haber encontrado la película original en el café de un cine de Buenos Aires en 2008, cuando se pudo reconstruir de acuerdo a la versión original de 1927.

Berlín, sinfonía de una ciudad (Berlin, die Sinfonie einer Großstadt, Walter Ruttmann, 1929)

En este caso, la ciudad es Berlín, directa y unívocamente. Se trata de un documental de Walter Ruttmann en el que la ciudad es escenario, protagonista y heroína. Un día en la vida de Berlín, desde el amanecer y el inicio de la jornada laboral, hasta la llegada de la noche y la diversión en cafés y cabarets de la capital alemana. La película se estructura en cinco actos estableciéndose un paralelismo con los cinco movimientos de una sinfonía, y la música de Edmund Meisel se convirtió en un componente estructural y definitorio del trabajo de montaje.

Berlín, sinfonía de una ciudad se filmó escondiendo una serie de cámaras por las calles para que la película no perdiese ese carácter de autenticidad que le proporcionaba el hecho de que sus protagonistas no sabían que estaban siendo filmados. Lugares como Alexanderplatz, Potsdamer Platz o Zoologischer Garten, hoy irreconocibles para nosotros, son escenario de una vida dinámica, nerviosa y agitada. Vehículos, trenes, ciclistas, vendedores de periódicos o niños jugando en la calle son los protagonistas de una película que se convirtió casi en un homenaje a la capital alemana, como una forma de inmortalizar lo que esta metrópoli jamás volvió a ser.

Cabaret (Cabaret, Bob Fosse, 1972)

Es probablemente una de las películas que más claramente definieron un momento y una época (no el de su producción, 1972), sino el contexto en el que se desarrolla la historia (Berlín en 1931). Filmada en la ciudad Occidental por petición expresa de Bob Fosse y adaptada del musical de teatro, la película retrata con más profundidad de la aparente el caldo de cultivo en la Alemania previa al Tercer Reich.

La sociedad se debatía entre evadirse de la realidad económica en los locales nocturnos de Friedrichstrasse o en tomar medidas serias ante el desastre económico y político de la República de Weimar. En esta fractura social, en este descontento y desorden, el espacio del cabaret se convirtió en un lugar perfecto para el descaro, la crítica y el fin de la censura. Un lugar de evasión, un lugar sin problemas, como dice el número musical que abre la película.

Operación Valkiria (Valkyrie, Bryan Singer, 2008)

A pesar de existir ya una versión anterior de esta historia –alemana y para la televisión-, es ésta la que casi todos hemos visto y con la que se dio a conocer en las pantallas el atentado que sufrió Hitler el 20 de julio de 1944, el plan que más posibilidades tenía de funcionar ya que provenía del alto mando del ejército: Tom Cruise, con uniforme de Coronel del Estado Mayor de la Wehrmacht, trataba de salvar al mundo interpretando a Claus von Stauffenberg, pero sin éxito.

Operación Valkiria (con obvias aunque no muy acertadas referencias a Wagner) se filmó en Berlín, en escenarios históricos originales como el edificio Bendlerblock, el antiguo Ministerio de la Luftwaffe o el centro de ferias y exposiciones de Messe Nord. Su abrumador éxito internacional creó una importante onda expansiva que hizo prácticamente invisible la existencia de otros actos de Resistencia durante la historia del Tercer Reich.

El hundimiento (Der Untergang, Oliver Hirschbiegel, 2004)

En un absoluto contraste con el tono de la película anterior, ésta prescinde del carácter épico y heroico que siempre se ha mostrado en el cine desde la perspectiva del ganador. Y se muestra un respeto casi ceremonial por la Historia contemporánea desde una perspectiva mucho menos actualista. Por primera vez, el cine sobre el nazismo no construía el personaje de Hitler desde la demonización, sino que lo humanizaba, y sobre todo hablaba del dolor de los civiles en Alemania al mostrar con desgarro el horror de una ciudad devastada tras la batalla de Berlín.

Además del impacto social que supuso la película, El hundimiento fue también un punto de inflexión para el cine alemán, que había necesitado una (lógica) distancia generacional para hablar de su historia más reciente en primera persona.

Desde el dolor y la culpa, se hizo una de las mejores películas sobre los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

¡Un, dos, tres! (One, two, three!, Billy Wilder, 1961)

Tras años fuera de Berlín, Billy Wilder volvía a la ciudad a rodar una película que, a pesar de ser de las mejores de su carrera, llegó en un momento muy difícil para Berlín. La historia de ¡Un, dos, tres! cuenta los intentos del magnate de Coca-Cola en Berlín Occidental para vender el producto a los comunistas.

La película, basada en una obra de teatro, está brillantemente escrita y emplea de manera inteligente y ácida muchísimos tópicos sobre los nazis, los capitalistas y los comunistas. Lamentablemente, la broma le salió cara al director, y durante el rodaje de la película, el conflicto político mundial se materializaba en forma de muro la madrugada del 12 al 13 de agosto de 1961, cuando aún no habían terminado de filmar. A pesar de haberse estrenado en diciembre de ese mismo año, ha sido el paso del tiempo lo que ha devuelto a ¡Un, dos, tres! el reconocimiento que no tuvo por haber llegado en uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría.

El puente de los Espías (The Bridge of Spies, Steven Spielberg, 2014)

La ciudad de Berlín ya se había convertido tras la construcción del muro en un escenario idóneo para el cine de espionaje, imagen que además se perpetuó tras la caída en 1989 y que aún en 2014 Spielberg aprovechaba para dirigir El puente de los espías.

Basada en un intercambio de espías real que tuvo lugar el 10 de febrero de 1962, la película cuenta el proceso por el que el abogado de un espía soviético encontrado en Nueva York tiene que negociar el intercambio con los servicios secretos de Estados Unidos y la Unión Soviética, así como con los de la República Democrática Alemana.

La película es un juego de ajedrez dirigido con maestría que le valió el Oscar al intérprete del espía soviético. Y nos permite además identificar diferentes lugares de Berlín, como la estación de S Bahn de Friedrichstrasse, el Check Point Charlie o la calle Bernauer Strasse (si bien en este último caso, el rodaje se llevó a cabo en Breslau).

Uno de los pocos lugares en los que se pudo filmar en escenarios reales fue en el famoso Glienicker Brücke o “puente de los espías”, nombre con el que se popularizó el paso fronterizo entre Berlín Occidental y la ciudad Potsdam, al suroeste de Berlín.

Si bien tiene algunos (esperables) tintes made in Hollywood, la película trabaja con bastante rigor y respeto por la historia reciente, y es capaz de mostrar la complejidad y fragilidad de un conflicto que nunca fue abiertamente declarado pero que en varias ocasiones estuvo a punto de estallar.

El cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin, Wim Wenders, 1987)

Podríamos afirmar casi sin equivocarnos que este poema cinematográfico de Wim Wenders es uno de los tuvo una mayor capacidad de acuñar una imagen muy concreta de Berlín durante los últimos años de la Guerra Fría. Eso sí, de Berlín Occidental y en su mayor parte en un blanco y negro que da la sensación de ser un contraste gris. En la línea de gran parte del cine de Wenders, El cielo sobre Berlín nos presenta personajes solitarios y errantes; nos habla de la búsqueda, material, humana y casi existencial en muchas ocasiones. Mirando al pasado, a lo que ya no está y recordando, sobre todo en la escena memorable del anciano en Potsdamer Platz, qué ha sido de Berlín y cómo encontrarlo.

En esa búsqueda, dos ángeles son capaces de oír los pensamientos de los personajes que, perdidos, buscan, se buscan y se quieren recuperar en una ciudad que nunca iba a ser la misma. Fue la caída del muro lo que permitió al director alemán completar su poema con Tan lejos, tan cerca (In weiter Ferne, so nah!, 1993), eligiendo como escenario la ciudad que aún estaba por descubrir a ojos del mundo occidental: Berlín Oriental.

Goodbye, Lenin! (Goodbye, Lenin!, Wolfgang Becker, 2003)

Con frecuencia se habla de esta película como si de una comedia se tratase, y sin embargo, estamos ante un relato escrito con mucha nostalgia y dolor y desde el punto de vista de lo que se perdió. Goodbye, Lenin! se hizo con cariño y mucha ternura en un intento de recuperar, aunque fuese en la pantalla, lo que había sido la desaparecida República Democrática Alemana.

Tratando de evitar que su madre se entere de que ha caído el muro, Alex recopila toda una serie de elementos para reconstruir el país en el espacio de una habitación.

La película es en sí misma el intento de definir –o redefinir- la RDA a través del Trabi, la Karl-Marx Allee o los pepinillos del Spreewald, cuando en realidad estaban llegando de manera imparable símbolos como IKEA, Coca-Cola o Burger King. Aunque en ocasiones parece una búsqueda algo forzada y la película se convierte casi en un escaparate de una tienda de souvenirs, Goodbye, Lenin! resulta, por encima de todo, una película tierna, llena de metáforas y guiños al proceso de Reunificación.

Visitar el post sobre la Ostalgia

Conviene verla más de una vez para entender en todas sus vertientes qué puede significar recrear la RDA en un espacio tan pequeño como una habitación cerrada.

Corre, Lola, corre (Lola rennt, Tom Tykwer, 1998)

Y llegó 1990, y Alemania decidió echarse a correr. O como en el caso de esta película, Lola y su pelo rojo. Con una narrativa postmoderna, la película combina diferentes lenguajes visuales y plantea tres posibles finales para Lola.

Berlín, el de los años ’90 en esta ocasión, es de nuevo escenario, especialmente en la escenas en las que Lola cruza el Öberbaumbrücke de Kreuzberg a Friedrichshain. Saltándose la lógica temporal y geográfica (licencias artísticas que adquieren una carga metafórica abrumadora), la protagonista corre a un lado y otro de una ciudad sin fronteras ni muros, porque ya no los hay. Hasta el uso de la música tecno en su banda sonora confiere un significado muy potente a un tipo de música que inundó los locales de la ciudad y que, al carecer de texto, eliminaba la irremediable barrera del idioma alemán.

En Corre, Lola, corre, Berlín se ofrece como un lugar lleno de posibilidades (al menos tres finales para una historia); y todo como metáfora de una Alemania que, tras la Reunificación, iba a convertirse en una potencia imparable, pero aún sin saber qué dirección iba a tomar. Ya no se mira al pasado, sino que se quiere enfrentar el futuro, y con él diferentes destinos para un nuevo país que tiene que reconceptualizarse, otra vez.

Tal y como plantea el final de la película, por primera vez en mucho tiempo, Alemania a partir de 1990 ya no tiene que depender de las decisiones de las potencias ocupantes. Tiene su propia voz y va a dejarse oír.

Esperamos que te haya gustado nuestro Decálogo de Cine para Berlín. Este artículo fue escrito por nuestra nueva colaboradora Celia Martínez García de Berlin & Film, una plataforma española que realiza tours por Berlín relacionados con el cine y la música.

Si te ha gustado este artículo (a nosotros nos mola), no te olvides de echarle un vistazo a sus próximos tours y visitas guiadas. A continuación te dejamos un extracto de las próximas visitas:

Berlin & Film Logo

Próximos eventos relacionados con Berlín y el cine

· Tour de Cine en Berlín Occidental (Domingo, 25 de Marzo, 11:00 h.)

Berlin & Film trae de nuevo un recorrido histórico para conocer el entorno de la Ku’damm, Kantstrasse y el centro del antiguo Berlín Occidental desde el punto de vista del cine. ¿Cómo era? ¿Cómo evolucionó? ¿Cómo está ahora? De los años ’20 y la vida bohemia de la ciudad al cine de propaganda capitalista; de Marlene Dietrich a James Bond o David Bowie. Cafés, teatros y antiguos cines en una de las zonas más interesantes de la vida cinematográfica berlinesa.

* Imprescindible inscripción previa en info@berlinfilm.es.

* Duración: Tres horas aproximadamente

* Punto de encuentro: 11.00 h. En la entrada principal de la Iglesia del Recuerdo (Kaiser-Wilhem Gedächtniskirche).

· Visita guiada al Museo del Cine y la Televisión  (Sábado, 7 de Abril, 11:00 h.)

Berlin & Film organiza una visita guiada al Museo del Cine. Desde los orígenes del mismo hasta Corre, Lola, corre, pasando por Metrópolis, Marlene Dietrich o el cine de propaganda nazi.

Además de hacer un recorrido histórico por uno de los museos más interesantes de la ciudad, veremos cómo se ha representado la Potsdamer Platz en el cine, conoceremos el entorno de la Filmhaus y el lugar en el que se celebra el festival de cine de la Berlinale.

* Imprescindible inscripción previa en info@berlinfilm.es (necesario número mínimo de participantes)
* Punto de encuentro: 11.00 h. Semáforo histórico de Potsdamer Platz.

Sólo te lo enseñamos en Berlin & Film. ¡Te esperamos!


Artículo ecrito por: Celia Martínez García

Celia Martínez García
Celia es Musicóloga y Doctora en Cine. Vive en Berlín desde 2009 y se dedica a la difusión en diferentes plataformas culturales de todo lo que tiene que ver con Berlín, su historia y el cine a través de la publicación de artículos, actividades culturales o visitas guiadas. Si quieres saber más ¡visita su página web Berlin & Film (berlinfilm.es)!